01 julio 2009

Una entrada en blanco, para que cada cual vea en ella lo que quiera ver. Sus deseos, sus temores... esta entrada es vuestra.

26 abril 2009

La Montaña, la libertad


El día comienza, y nosotros al pie de la montaña estamos preparados para todo lo que se nos avecine, preparados y dispuestos.
Comenzamos la marcha con nuestros pensamientos puestos tanto en la cima como en el camino que nos conducirá hasta ella, ya que el camino es mas importante que el final. Como iba diciendo, la ruta comienza, puede ser dura o sencilla, pero es el trayecto que has elegido, así pues, con todas tus fuerzas intentas seguirlo sin perder su rastro.

Mientras avanzas ves paisajes increíbles y únicos, te cruzas con personas de todo tipo a las que saludas amablemente y las cuales te corresponden de igual manera. Hay momentos de euforia y momentos sencillamente abrumadores, pero todo ello es un conjunto inseparable y hermoso, ya que te hace ver las cosas desde otra perspectiva.

Poco a poco la cima se encuentra mas próxima, hasta que llega el momento de que la ves, y entonces la alegría te invade y las ansias por llegar a ella incrementan, así pues el cansancio acumulado desaparece y te encaminas a ella sin pensar en otra cosa, hasta que llegas...

Llegar a la cima, respirar el aire puro y contemplar los bellos paisajes que nos rodean son las cosas más mágicas que se pueden experimentar, ya que todo ello te impregna una sensación de libertad, indescriptible, no piensas en nada de lo que te preocupa, intentas quedarte con todas las imagenes que te llegan y atónito, esperas que ese momento se prologue un poco mas, pero la vida vuelve a tu cabeza y comienzas a bajar...

"La montaña es como la vida, andas y andas con ganas de llegar a la cima, pero una vez estas en el final, miras atras y piensas que lo que merece la pena es todo lo vivido en el camino." Alex P.

22 abril 2009

Errores

Los errores más garrafales que se cometen son aquellos que implican a la gente que te importa. El resto da igual, tarde o temprano se solucionan. Estos, en cambio, se cronifican. Siempre queda la huella, siempre queda la marca.

No quiero perdones, ni la clemencia que dimane de la más alta misericordia que jamás un ser sea capaz de tener. No me valen ahora los gestos, las palabras, los intentos, la pena, el arrepentimiento, o cualquier otro sublime sentimiento que disimule lo que hice.

Me precipito en una espiral de sentimientos que me gritan a lo más profundo y oscuro de mi alma y la hacen estremecer. Siento una inmensa rabia por no poder clarificar todo y dejar los puntos sobre las putas íes. No quise jugar sucio, y sin embargo, hice trampas.

Lo que más me jode es que aunque pase el tiempo, y aunque todo parezca igual que antes, la cagada que cometí, quedará en el recuerdo de todos los afectados, y tarde o temprano, cual espada de Damocles, caerá sobre mí.

¡Viva la inteligencia!

20 marzo 2009

Mis cartas


Me gusta pensar que la vida es un gran juego de cartas. Todos tenemos unos naipes, en unas partidas mejores, en otras peores. A veces, cuando te tocan malas cartas te sientes tentado de plantarte, y podría parecer razonable: la avaricia rompe el saco. Pero también puedes intentar darle la vuelta a la mierda de mano que te ha tocado. Nunca sabes a priori si podrás o no, pero lo que si sabes, es que es la única posibilidad de ganar.

Nunca te plantes, el que no arriesga, no gana. Juega tus cartas. Pon tu corazón en ello.

La banca, no siempre gana.

09 febrero 2009

Estudiando Histología...

En momentos como este en los que estoy (estaba) estudiando Histología, asignatura aburrida donde las haya, no paro de sentir algo extraño. No es tristeza, y creo que no es un estado de ánimo. Es una sensación mezcla de aburrimiento, hartura, estrés, y algo más.

Hace unos minutos he vivido con una compañera de la facultad una escena que ha desencadenado en mí esta ola de sentimientos, o como queráis llamarlo. Una simple discusión que ha desencadenado toda esta historia. Y realmente no lo entiendo, porque ni ella es alguien importante para mí, ni tampoco ha sido nada del otro mundo.

¿Me pasa algo? No lo sé, o sí lo sé, y me lo callo. Dicen que los temores se materializan cuando los nombramos en voz alta, ¿no? Dejemos pues que los temores, si es que acaso los hay, que se queden encerrados y desaparezcan. O que corroan todo mi medio interno (no digo mi ser, porque ya me suena poco profesional).

Se acercan tiempos difíciles, tiempos de decidir, y no quiero decidir, se acercan tiempos en los que el tiempo romperá su linealidad y tendré que elegir entre quedarme al borde del precipicio o saltar al vacío...

Hé quoi? charmante Élise, vous devenez mélancolique, après les obligeantes assurances que vous avez eu la bonté de me donner de votre foi? Je vous vois soupirer, hélas! au milieu de ma joie! Est-ce du regret, dites-moi, de m'avoir fait heureux, et vous repentez-vous de cet engagement où mes feux ont pu vous contraindre?

L'avare
Molière

30 enero 2009

My first Session



El miércoles me inicié, fue mi primera vez y me gustó. No es lo que todos pensáis, no tome mi primera cerveza....sino que fui por primera vez a una session a tocar. Gracias a un amigo, me convencí y baje con el.
De camino, pensaba que no iba a tocar nada, que solo iba a mirar y aprender pero no fue así.
Llegamos y el local era todo lo contrario a lo que yo pensaba, un bar pequeñito lleno de gente y en una esquina bien juntitos, los "maestros" que animaban la velada. Presentaciones aparte, todavía estaba desubicado, me senté al lado del bodhranero, lo que fue un gran acierto porque aprendí mas de lo que podía haber aprendido yo solo en un mes. Saco mi bodhran y empiezan la primera canción, y... sorpresa, me pongo a tocar sin pensar en la gente sin temor a que sonase mal, me dejo llevar por la música, melodías suaves salidas de una flauta travesea acompañada de unos whistles.

Asi fue transcurriendo la noche entre pintas, canciones, intentos fallidos y algunos aciertos, estaba tan agusto en aquel momento, en aqule lugar que perdi la nocion del tiempo y se me hizo corta la session.
Si no te pruebas no descubres las grandes cosas que te depara la vida.

21 enero 2009

Sangre


Y bajo mis manos entrelazadas se rompe una costilla... sigo intentándolo, sigo masajeando, aunque sé que ya es inútil.

Huyo en la oscuridad, presa del miedo a la verdad, y el miedo a tener miedo propiamente. No puedo regresar, no, allí me espera la prueba inerte de mis pobres esfuerzos. Sin embargo, no dejo de imaginar el rigor mortis, las livideces, la cianosis...

Cuando encuentro algo de luz, la que espero, me tranquilice, no hace sino reafirmarme en mis temores. El pico de mi bata ensagrentado, pesado, oscuro. El fonendo, supongo que lo he perdido en la huida, con él, quedó mi valentía.

No fui capaz de sesgar tu vida, tarde me arrepentí de mis intenciones.

01 enero 2009

El perro del hortelano

Hay gente que es como el perro del hortelano, ni come ni deja comer al amo, y sinceramente, me joden bastante. Y quien lo quiera entender que lo entienda, y quien se idenfitique ya lo sabe, me está jodiendo.

Ahí lo dejo.

23 noviembre 2008

A punto de estallar


Estar enfadado y a punto de reventar es una sensación extraña. Te sientes como si tuvieras algo metido en la garganta y no te pudieras expresar con la suficiente claridad como para que todos te entiendan.

A la vez, cualquier pequeña chispa puede ser el detonante de una gran explosión, incluso con personas que no tienen la culpa de nada. Y eso, la verdad, es bastante doloroso porque acabas igual de enfadado y sintiéndote culpable.

Por otra parte, las buenas maneras, el saber estar, te hacen que no digas las cosas tal y como quieres decirlas para desahogarte, lo que contribuye a aumentar la tensión interna y las ganas de pegarle un mordisco al primero que pasa por tu lado.

Además a todo esto hay que añadirle la presión de los exámenes y las responsabilidades varias que cada uno adquiere y por las que tiene que luchar, aunque sea dando parte de su tranquilidad y de sus pocas ganas de ver a algunas personas.

Lo peor de todo, es que un día te levantas y de ese enfado sólo queda un rastro: el cansancio. Y el cansacio, amigo mío, es para mí, la más molesta de todas las sensaciones.

No sé, como casi nunca, por qué escribo esto aquí, quizás sea mi modo particular de reventar y mandar al carajo (¡oh, taco sonoro en el idioma castellano!) algún que otro problema y/o preocupación.

01 noviembre 2008

El salto de la vida


Todo preparado para irnos, todo a punto menos nuestros nervios, ni uno de nosotros estaba a salvo de esa sensacion, la cual se incrementaba cada vez mas hasta que llegamos al lugar, el cual al verlo nos vuelve a alterar.
Despues de bajarnos de los coches nos aproximamos al puente lleno de gente, los coches pasan sin inmutarse, alguno pita pero nada mas.
cuando llegamos, impresionados por la altura, nos impregnamos del nerviosismo que vivien los que estan a punto de tirarse.
Tras ver saltar sin pestañear a varias persona, una de ellas un niño de no mas de 10 años, nos toca a nosotros.
Nos ponen los elements de seguridad, mientras interiorimente decido si es buena idea o no.
Mi turno... me colcocan la cuerda, mis nervios se han apaciguado, es una extraña sensacion, ya que todavia no se si tirarme o no, memandan subir a la barandilla, sin pensarmelo accedo a la orden y me pongo en la posicion de salto. Delante mio, una caida de 50 m, detras la tierra firme,, mi cabeza todavia anda decidiendo, por fin oifgo la cuenta: 3, 2, 1...¡ALEX!
Nose como explicarlo pero mi cabeza desconecto y mis manos se soltaron solas.
Ya no habia vuelta atras, aquello que tantas veces habia imaginado estaba sucediendo.
Fueron tan solo unos segundos, en los que pude darme cuenta, en los que vi la caida, despues....el caos.
Todo se calmo, yo boca abajo, disfrutando todavia del subidon.
No hay palabras para definirlo, pero lo mas aproximado es el EXTASIS DE VOLAR.

16 octubre 2008

Elena


Unas manitas saludan desde el otro lado del cristal mientras desde este lado todos ponen caras raras y sonríen. Cada moviento se festeja y cada sonrisa se aplaude. Un movimiento es sinónimo de alegría generalizada alrededor.

Nunca comprenderemos por qué alguien tan pequeño inspira tanta ternura en torno a sí, sin más méritos en su haber que existir. Y sin embargo, todos nos sentimos movidos hacia un amor que penetra a través de los cristales de una incubadora hasta alcanzar a esa personita.

Mi sobrina me ha hecho ver ciertas cosas... Y es que quién lea lo que escribo, ya sabrá que siempre le busco los tres pies al gato. Para mí estar con ella no es sólo estar cuidándola o admirándola, es redescubrir en ese ser que hace tan poquito que ha llegado a nuestras vidas lo que yo un día fui, y lo que aún en algún rincón de mi mente sigo siendo... YO.

No veo nada más auténtico que mi sobrina, de la que nada malo cabe esperar salvo las consabidas llanteras nocturnas... En ella veo lo que espero de esta vida, que no sé a ciencia cierta qué es, pero que estoy seguro de haber encontrado entre los repliegues de esa mantita con el nombre del Hospital.

No sé si me explico, o si esto tiene explicación, símplemente, hoy me ha dado la vena almibarada... pecado que cualquier buen escritor tiene que evitar a toda costa. Pero hoy, me da igual.

28 septiembre 2008

Volviendo atrás


Mañana comienza un nuevo curso, lo que significa despedirse de un maravilloso verano, de levantarse a las once de la mañana y de salir cada vez que se quiera. Vuelven los horarios, las rutinas, el sueño...

Y en días como hoy, días de frontera entre un período y otro no puedo evitar mirar atrás. Quizás sea mi propia forma de ser, meláncolica y vuelta hacia atrás hasta la demasía, quizás mis propias ansias de rememorar, pero es en días como hoy, cuando comienzo a hacer balances.

Es sorprendente que mi vida no la cuente por años, sino por cursos, y que la mayoría de la gente ocupe un lugar personal y académico simultáneamente. Este es mi sino...

En días como hoy miro atrás, a esos días de los primeros cursos, de mi infancia, del llanto al despedirme de mi madre la primera vez que fui al colegio... Miro atrás y veo al niño que fui y que quedó atrás.

Miro atrás y me veo empezando el colegio, haciendo los primeros amigos, y descubriendo la vida poco a poco, como corresponde a los niños...

No puedo olvidar esos primeros días de la adolescencia, esos primeros días de instituto, donde todo parece una odisea. ¡Ay, el instituto!, nunca he vuelto a sentir las cosas con tal intensidad como cuando tenía trece o catorce años, donde la amistad era una promesa, y las traiciones una puñalada...

Y miro a lo más reciente, a este primer año en la Universidad... a este primer año de una vida más adulta y responsable... y me sorprendo... no puedo evitarlo.

Me sorprende aún más las ganas con las que ahondo mirando en el pasado, pero lo difícil que resulta mirar al futuro, de forma valiente y decidida, mirar al futuro, a la vida cara a cara y pedirle lo que quieres...